El Tribunal Superior de Justicia de Asturias ha desestimado la solicitud de incapacidad permanente de una auxiliar de geriatría que padecía gonalgia derecha y condromalacia rotuliana. El Juzgado de lo Social 3 de Gijón ya había denegado la solicitud al considerar que la trabajadora no presentaba limitaciones funcionales que afectaran a su capacidad laboral.
La trabajadora inició su baja laboral en octubre de 2021 debido a problemas en la rodilla y, en abril de 2022, solicitó la incapacidad permanente. En su recurso, alegaba que sus dolencias crónicas limitaban su capacidad no solo para desempeñar su trabajo habitual, sino también otras actividades laborales. Además, sostenía que los tratamientos prescritos no mejoraban su situación y que no se preveían nuevas acciones en la Unidad de Dolor.
Los magistrados de la Sala Social explicaron que, aunque se reconocieron las dificultades derivadas de su cuadro patológico, existía incertidumbre sobre su correcta evaluación y el agotamiento de las posibilidades terapéuticas. La Sentencia también resaltó que, aunque la trabajadora había mencionado problemas lumbares como la principal limitación, el informe médico de la incapacidad no señalaba restricciones importantes en su movilidad ni la necesidad de usar bastón, contradiciendo sus afirmaciones.
A pesar de iniciar tratamiento en la Unidad de Dolor, el tribunal concluyó que no se había agotado el proceso terapéutico y que no se podían acreditar los requisitos necesarios para declarar la situación como incapacidad permanente.
Por lo tanto, los magistrados desestimaron el recurso y confirmaron la resolución de instancia. La Sentencia no es firme y puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo.
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